sábado, 20 de abril de 2019

A Marielle Franco.


Por: Ibsen Hernández

Ellos creyeron matar a Marielle Franco, pero lo que no sabían, que ella además de ser de carne y hueso, estaba llena de vida productiva, era pensamiento creativo y solidario, que al estar en la tierra se transformó en cimarrona, ellos ni sospecharon que Marielle Franco, ya estaba habitando en millones de corazones de mujeres obreras y campesinas, nunca se imaginaron que ella había burlado a la muerte, porque su vida estaba entregada a sus sueños.
Ella transitaba libre por las calles de la existencia, buscando unificar las vidas, encontrando esperanza en cada corazón cansado de las injusticias, jamás sospecharon que cuando una mujer suelta sus sueños no hay fuerza en la tierra capaz de poder detenerlos, cuando una mujer escucha el retumbar de los tambores ancestrales, se transforma en cimarrona e incorpora el proyecto inconmensurable de la descolonización.
Los otros se molestan cuando una mujer o un excluido quieren ser libre, entonces contratan mercenarios que en caballos de metal dejan salir sus balas asesinas, sueltan sus perros hambrientos de sangre a detener una vida cargada de sueños.
Qué difícil es para una mujer transformadora, descolonizadora pretender liberar de las favelas a los empobrecidos, si los reyes de la selva de cemento hacen de ellas un jugoso negocio, esta mujer pretendió darle una repuesta a la pobreza y la exclusión, y entonces la declararon cimarrona, emprendió la lucha entre arboles de cementos buscando construir sus Kilombos, y antes de llegar a las puertas de la libertad le apagaron la vida, eran perros, y rezos convertidos en relámpagos asesinos, terminaron con su caminar libre y soberano.
Ella no quiso levantarse del asiente que escogió y siguió luchando como siempre, igual que Rosa Park se quedó sentada, indiferente  ante la exigencia del deshumanizado, continuo su trayectoria, con los mismos derechos que los demás, pretendieron enterrar sus sueños sin darse cuenta que cuando ella nació la ombligaron con semillas, por lo que era imposible desaparecerla, pues las semillas vuelven a nacer día a día en cada terreno fértil que se encuentre en el camino.
Marielle ellos no saben que tu germinas en cada nuevo niño que nace, porque tus luchas dejaron la América cargada de tu proyecto de vida, estamos convencidos que estas en la tierra de los ancestros, dialogando con María Chiquinquirá, con Mama Zoilita, con Martina Carrillo, y con Juan García, dándole continuidad a la vida en libertad.

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