martes, 16 de abril de 2019

Estamos perdiendo el miedo

Por: Ibsen Hernández Valencia Ahora todo está tranquilo, un aparente silencio transita en el país, e incluso los que triunfaron no se atreven a celebrar, y los perdedores están en absoluto y sepulcral silencio, creo que los únicos, que casa adentro han roto el silencio son los afroecuatorianos, que en medio de tanta confusión de un proceso raro en sus inicios, y anormal en el final, el pueblo afroecuatoriano, las organizaciones y sus líderes están perdiendo el miedo, ese miedo histórico que entre el cepo y los azotes, aprendieron a no sentirse iguales a sus raptores y verdugos, no se sorprendan, estamos hablando de hombres y mujeres iguales a nosotros, son los hijos de la diáspora africana que comparten con toda la sociedad ecuatoriana, la carencia de oportunidades, el desempleo, la invisibilizacion, y la violencia, lo cual incremento significativamente el miedo, la pregunta que nos hacemos : ¿cómo se origina y cuáles son las consecuencias del miedo?. Para analizar el miedo, es necesario realizar una mirada retrospectiva a la historia de la diáspora africana, que se remonta a muchos años atrás, recordar a seres humanos que fueron trasplantados desde sus hermosos territorios donde compartían con la naturaleza y la sabiduría de los abuelos, para pasar al laboratorio dantesco de la muerte. Desde ese instante, a cada momento, la calma se ve rota por culpa del sonido del latico y la sórdida voz insultante del capataz, que precede a una fuerte descarga de tortura para iniciar el día de labores. Tendríamos que suponer que el Dios aceptaba el holocausto, pues luego de largos tiempos de torturas, con el solo hecho de escuchar el grito o el sonido del látigo, le producía un pavor enorme al esclavizado, y a sus descendientes les quedo el miedo encarnado en la piel, miedo que se expresa en todas las etapas de la vida de estos ciudadanos. Los hijos de la diáspora han intentado eliminar el terror naturalizado, un miedo sin sentido, pero no lo habían logrado. Es difícil comprender, e incluso parece ridículo que miedos del pasado se expresen en la actualidad, decía Fran Fanón: los descendientes de las victimas están enfermo y los hijos de los victimarios también lo están, por lo que en momentos como estos en que los afroecuatorianos se hacen presente en un proceso electoral, nos induce a pensar que este segmento importante de la población ecuatoriana está perdiendo el miedo a la participación política, ahora nuestros hijos pueden ver a los afroecuatorianos pensando la ciudad, contribuyendo desde la gobernabilidad al desarrollo del país. Estos excluidos, marginalizados se están descolonizando, dando pasos de liberación, eso implica superar el miedo, que se caracteriza por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro que es herencia histórica, que se quedó registrado en la memoria de las víctimas, el condicionamiento del miedo es un aprendizaje de tipo pavloviano, en el cual un estímulo llega a predecir la ocurrencia de un evento potencialmente mortal, y genera en consecuencia respuestas fisiológicas y conductuales de miedo, a través del condicionamiento del miedo pueden llegar a reconocerse amenazas presentes en el medio ambiente que de forma innata no se reconocerían. Con el respeto más profundo pido perdón a mis abuelas y abuelos por no quedarme con los miedos tradicionales de la Tunda, ni en los misterios de los temores infundados por la iglesia . Este proceso electoral que dio como consecuencia el triunfo de Rosa Chala mujer afroecuatoriana, con poca trayectoria en los procesos organizativos, pero con un profundo compromiso con su pueblo, demuestra como el pueblo afroecuatoriano rompe el miedo, y es la demostración de la unidad, que respaldando dicha candidatura, se unió y marco la diferencia, y esa diferencia de unidad férrea del pueblo afroecuatoriano le proporcionó el triunfo a Rosa Chala, probablemente a muchos no les parezca importante la presencia de Rosa en el CPCCS, por su carácter independiente y no tener una tendencia definida, pero el que en este proceso electoral se halla logrado perder el miedo a la participación política, es un gran avance hacia la apropiación de los derechos políticos y de participación, eso implica que como país estamos aprendiendo a elegir y ser elegido, luego necesitamos que otros líderes que durante años han dedicado su vida en el trabajo del desarrollo de la comunidad, se atrevan a participar políticamente, porque necesitamos entender que los espacios públicos solo los tiene que ganar la unidad del pueblo negro.

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