24 de mayo el día de la independencia

Por: Ibsen Hernández Valencia
24 de mayo/2019

Este 24 de mayo quiero liberar mi corazón, despertar mis ojos y mirar por las mañana el sentido de un futuro liberado, introducir mi cuerpo entre las aguas mañaneras para despertar mi conciencia, y enamorarme de la mañana resplandeciente, en este 24 de mayo quiero contarle a mis hijos la verdadera historia, quitarle las sabanas de las falsas leyendas y explicarle la verdad, quiero descolonizar mis amaneceres para recorrer con mi marimba los sonidos de las aves y el chapuzón de los peces en su descontrolado tropel, no pretendo a quietar mi corazón y fingir que celebro el triunfo sobre la colonia, voy a dejarlo latir sin control frente a la celebración de la independencia de unos cuantos y pensar que mientras unos celebraban el triunfo y la emancipación, la libertad de mis abuelos estaba enredada entre las farsas y los grilletes, en 1822 se gritó libertad y tuvieron que pasar 30 años para tras las luchas cimarronas se movieron las conciencias libertarias y se firmó la carta de abolición de la esclavitud, por eso hoy me pregunto ¿qué tengo  que celebrar?
Las alegrías producidas por las gestas independentistas de Bolívar, Sucre y Miranda, con el apoyo incondicional del presidente de la primera república libre de América el general Petión, que escuchándolo con esmero le brindo todo el apoyo que necesitaba Bolívar y sus compañeros, con el único compromiso que en cada espacio del territorio de las tierras de América que independizara declare la abolición de la esclavitud, este hombre gigante de noble corazón, espíritu libertario y de un sentido de solidaridad internacional, es que Haití represento el mejor ejemplo revolucionario que triunfo sobre la esclavitud, esta la primera república negra en medio del mestizaje de América que abrió el camino de independencia a los pueblos de América latina y parte del caribe
La gesta del 24 de mayo de 1822 dio el sello de la “libertad” a la patria, la batalla liberada entre las tropas realistas y las fuerzas patriotas integradas por criollos pobres campesinos indígenas y africanos esclavizados, que bajo la promesa de la abolición de la esclavización entregaron sus vidas en el triunfo de las faldas del pichincha.
Hoy es un día para reflexionar sobre nuestro aporte histórico al proceso libertario y cual fue el papel que jugamos antes, durante y después del triunfo en las faldas del pichincha, ¿fuimos considerados en la celebración? o ¿en la estrategia de distribución de los acuerdos sociales y en el reparto de las riquezas que el comercio de las emancipaciones trajo consigo?
El día 24 de mayo amaneció un cielo despejado con un sol radiante, y desde las rasgadas faldas del pichincha se escuchaba probablemente el ultimo disparo de la historia y fue naciendo un grito diverso, intercultural, un grito de miles de años
en las voces de millares de hombres sobrevivientes que gritaban libertad, somos libres, esa voz transito los bordes de las cordilleras andinas, sonó entre las selvas del oriente enriquecidos que inocentemente dormía en una aparente paz y fue a descansar después de su chasquido transitar en el manso y apacible guayas, el logro de esta libertad no fue un hecho aislado, fue la consecuencia de las luchas cimarronicas, de los aportes de Haití y del transcurso general del proceso independentista en las Américas de Bolívar.
Desde las tierras emancipadas del primer Palenke libertario del caribe, surge el cimarrón Petión para darle la bienvenida al ungido de la libertad de América el gran Bolívar, en la mañana del 2 de enero de 1816 es el inicio de la materialización del sueño libertario del gran general, fueron sus ancestros africanos que le daban las fuerzas, la inteligencia y la sabiduría, el sabio Petión con su gloriosa presencia le entrego la colaboración para que continúe con su triunfante expedición, en ese sentido, puso a la disposición del libertador más de 6000 fusiles con sus respectivas bayonetas, municiones, plomo, víveres, una imprenta completa, el flete de algunas goletas y una importante suma de dinero y además permitió que ciudadanos haitianos se alisten en la expedición, y las repúblicas que libero bolívar no adquirieron deuda alguna con Haití, luego de todo ese despliegue de generosidad de parte del gran general, Bolívar pregunto “¿Debo hacer saber a la posteridad que Alexandre Petión es el libertador de mi Patria?”. Petión responde “No, prométame que abolirá la esclavitud donde comande”
De los labios del gigante del caribe salió solo una petición al libertador la abolición de la esclavitud, desaparecer la vergüenza que deshumaniza al ser humano, los dos gigante se comprometieron por la libertad de los que le quitaron la voz, el nombre y su espiritualidad, una cortina de dignidad y compromiso quedo entre estos dos paladines de la justicia, ellos no pronunciaron más palabras cada cual cumplió su parte, Bolívar en su gran batallar hizo lo que pudo e incluso aro en el mar.
Este soñador de rebeldes causas materializo sus sueños, desafío la ideología que justificaba las asimetrías y la hegemonía del poder colonial, las luchas cimarronas incitaban las revueltas populares de los esclavizados y muchos de ellos se filtraron en las filas libertarias de los patriotas que se comprometieron igual que Bolívar con la abolición de la esclavitud después del triunfo de los patriotas.
La palabra es vida y la vida se transforma en verbo, por esa palabra se han unido fuerzas y pensamientos, para reencontrarnos los americanos latinos, desde el rio Bravo hasta la tierra del fuego, fue la palabra la que guardo la memoria de los abuelos, y fue la palabra que instrumentalizo las luchas, la palabra nos permitió reencontrarnos para aprender en comunidad y romper el silencio que nos distanciaba para tomados de las manos, hagamos mingas con nuestros pasos para vencer el sufrimiento y construir la verdadera libertad.
Cada año en que celebramos y recordamos el día de la independencia tiene que ser un instante para erradicar de la cultura propia los rasgos filosóficos,
religiosos, y educativos, que aún quedan impregnados en el accionar de nuestra cultura, es que el poder colonial aún sigue actuando en nuestras vidas. 
Hoy tenemos que pensar en lo que seriamos si Bolívar hubiese logrado concretar su sueño de unir a nuestros países y conformar la gran nación de la unidad de naciones, probablemente seriamos fuertes y poderosa, tendríamos una patria altiva y soberana, la abolición de la esclavitud habría servido como ejemplo para la construcción un país diverso e intercultural, donde se priorizaría al ser humano y su realización con la naturaleza, Bolívar entre sus sueños futuristas decía: "Si unimos todo en una misma masa de nación, al paso que extinguimos el fomento de los disturbios, consolidamos más nuestras fuerzas y facilitamos la mutua cooperación de los pueblos a sostener su causa natural. Divididos seremos más débiles, menos respetados de los enemigos y neutrales. La unión bajo un solo gobierno supremo, hará nuestras fuerzas y nos hará formidables a todos"
El Congreso de Panamá de 1826 fue la gran oportunidad de América del sur, tendríamos otra filosofía que daría como consecuencia una nueva forma de entender el mundo, necesitamos poner a América del sur en el camino de una fructífera unidad latinoamericana. 
Hoy debe ser el momento para repensar nuestra razón de ser como ciudadanos cósmicos de América, que compartimos un mismo pasado colonial de explotación, que nos permite definir una misma identidad latinoamericana, forjada a lo largo de varios siglos de lucha contra la opresión extranjera, si forjamos la unidad tendremos más fuerza para enfrentar la agresión actual, si se hubiera fraguado la unidad del sueño Bolivariano otra seria la historia.
La independencia de Latinoamérica es una de las revoluciones inconclusas del pensamiento cimarronico de Bolívar, en este siglo tenemos que desarrollar y profundizar dichos sueños de unidad, eso solo es posible si hacemos un protocolo de sanación que nos permita superar las diferencias.
Recuperemos nuestra dignidad descolonizando la memoria y nuestra forma de construir pensamientos, recuperemos el espíritu de Bolívar y Petión para volver a soñar.